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Felicidades en un día muy especial

     No es costumbre en mí, realizar crónicas de nuestro Sevilla FC. Esa ardua tarea, desde que el mundo el mundo, allá por un 14 de octubre de hace 105 años, la realizan señores altamente cualificados en sevillismo o en su caso, periodistas de tres al cuarto, que piensan que todo lo que escriben pasará a formar parte de un tercer e imaginario Testamento.

     Os tengo que comunicar que el filósofo, ése que sienta cátedra cada vez que nos deleita con uno de sus escritos en clave sevillista, esta semana, y aprovechando su visita a los Montes Cárpatos ucranianos, ha decidido purificar su alma permaneciendo en oración en el Monasterio de San Bernardo, en Lviv, ciudad donde en la tarde de ayer  nuestro batallón futbolero, ese que honra cada ciudad que visita con su sagrada Casaca Blanca, dejó buena imagen en un partido muy serio. Uno de esos partidos que no hay ni que jugar, sólo hay que ganarlos, con colocación sobre el campo, mucha seriedad y siendo absolutamente mortíferos para hincar la dentada a la presa y dejarla lentamente desangrar.

     Pues eso, ni más ni menos, fue lo que nuestro Sevilla FC hizo en la tarde de ayer.

     Cero grados centígrados (¿ni frío, ni calor?), un equipo donde inicialmente podría chirriar el nombre de Konko en el centro del campo. Alineación compensada, alguna que otra rotación, pero sin excesos dada la importancia de los 3 puntos que ayer nos jugábamos.

     Pongo el canal de J.J.Santos y qué ven mis ojos –No pueder ser- dije. ¿Un Betis –Sevilla a 0oC y en un campo terminado? Rápidamente salió la alineación del Karpaty que despejaron mis dudas. Ingenuo de mi…

     ¿Y quiénes son los de azul? Cambio, aún más rápido, a T5 HD por si había algún problema y , no, eso, era nuestra equipación. Vaya diseño hortera, ese juego de azules con diferentes muestras de brillo, con la bandera nacional en los costados. Más digno de un grupo circense que, por supuesto, de nuestro Sevilla de “miarma”.

     El que escribe, siempre ha estado  de acuerdo en tener una tercera equipación distinta, novedosa, que sirva para ver nuestro Sagrado Emblema en otros fondos tonales, pero, ¡¡por Dios!!, que estamos en Europa, y ese modelito no debería representar a nadie que no lleve la cara pintada y se dedique al humor. Si Charlie Rivel levantara la cabeza, desecharía el cojuntito por antiestético.

     Tarde fría, serán las sensaciones. El equipo sale bien colocado. Muy pronto se aprecia que el Karpaty no es rival para los nuestros. Equipo lento, sin argumentos en ataque y con una defensa poco aguerrida. Lo que suele decirse “buena gente”. El partido transcurre con un tono de seriedad en todo lo que el Sevilla realizaba sobre el césped.

     Jugada a balón parado. Lo bota Perotti y cabezazo al travesaño de SQD, mejor remate a un buen centro del argentino, que pide a gritos un descanso.

    Ayer, para no seguir con una de mis más fieles costumbres, no escuché el partido por la radio, quizás, porque la Europe League no interesa a nadie, quizás, porque la radio oficial del club es excesivamente parditista y corporativa para mi gusto. Y vaya telita, el señor J.J. insiste en hacer ver que Konko es un superhombre, que está entodos lados y que todo lo hace bien. No recuerdo un centro al área decente. Dudoso gusto del Jefe de deportes de dicho canal.

     Ayer en el campo sólo hubo, no un superhombre, un superhéroe. Un tío, el único de la plantilla que es capaz de jugar de lo que quiera y que hace que todos los que lo rodean parezcan buenos. Ese no puede ser otro que D. Frederick Kanouté. Partidazo del maliense, y van mil…

     Seguimos con el tono de austeridad y justo en ese momento, SQD cabecea en el primer palo un balón procedente del córner y, quién si no, Freddy se eleva sobre los montes helados de Kviv y golazo. 0-1, y ahora tocaba dormir el balón hasta que el rival se cayera al suelo de aburrimiento. Con estas u otras palabras se puede definir a la perfección lo que hizo el Sevilla FC en el resto del encuentro.

     Cabe destacar el inmenso partido del que será, más pronto que tarde, otro de esos centrales que pasarán a la historia, por su velocidad, concentración y contundencia. Martín Cáceres está demostrando, en lo poco que lleva jugado, que los primeros dioses de esta Morada pueden y deben tener un digno sucesor en él.

     Acaba el partido. Buen partido. 0-1 y a descansar calentitos en tierras ucranianas.

     El guerrero, después de una tarde intensa de futbol, y aunque el partido fue tranquilo él, nunca lo está, se relajó. Escuchó los comentarios post-partido hasta la hora de dormir.

     A eso de la medianoche (como el villancico…) cierra los ojos. No consigue relajarse ni incluso dormido, y un sueño empieza a merodear su mente. ¿Sueño? Todo es real para el que escribe. Poco a poco, su cama pierde las patas y se va convirtiendo, sigilosamente, en un asiento del Pizjuán, apoyado sobre ese cemento que tantos y tantos partidos ha visto pasar. Su cuarto deja de verse como tal. Empiezan a derrumbarse sus estantes. Todos y cada uno de los títulos cinematográficos caen al suelo y se desvanecen. Sus cuadros conmemorativos de alguna batalla ganada se convierten en un videomarcador gigante. A lo lejos, la luz de un foco hace que el somnoliente guerrero se gire hacia la izquierda prosiguiendo con su letargo. Un fresquito importante. Bufanda al cuello y rodeado de 45.000 almas gritando el Himno, sinfonía divina del Maestro Labandón. Y salta el equipo, con los papelillos de toda la vida. Palop, de negro con su AS a la espalda. A su lado, otros 10 caballeros con alma de gladiador que darán su vida en la verde arena del Coliseo nervionés. En el banquillo, Manolo Cardo.

     ¿Ése?, ¡no puede ser! Pues sí… Saca Andrés, balón para Javi. Se lo pasa al pequeño David que realiza un pase en largo por la banda hacia…no puede ser. Pues sí. La coge A.Puerta, dribla a su oponente, la suelta realizando una pared con Pablito Bengoechea que se la devuelve, centro al área desde la izquierda y GOOOOOOOOLLLLLLL de Ramón Vázquez de cabeza. Toni Poulster sale del banquillo, eufórico, y lo celebra con el goleador.

     Pasan los minutos los minutos y Cardo manda calentar a un par de canteranos, mientras el guerrero, no sé si por la copiosa cena o por la experiencia que está sintiendo,  se encuentra inquieto, sudoroso y tenso. Su ego no se cree lo que su subconsciente le está haciendo vivir.

     Nuevo corte por la pradera nervionense. Rafa Paz, hace un cambio de juego. La controla Francisco L. Alfaro, se la pasa a Davor Suker, el cuál es derribado en las cercanías del semicírculo del campo. Está lejos para dirigir el balón a los 3 palos. Jugada ensayada, sacamos rápido. El Cholo Simeone se la da a manolo Jiménez que ha salido en la segunda parte. La pasa en corto para Vassilis Tsartas, que baja a recibir, la pone milimétricamente en profundidad para A.Puerta, con su 16 a la espalda. Esquiva a un rival, otro…Un brillo especial sale de su zurda y….GOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLL!!!!!!!! A. Puerta consigue el segundo para nuestro equipo, de zurdazo raso, al segundo palo, como el día de Schalke, después de amagarle al central como en la Supercopa frenta al Barca. Gol de A.Puerta que pone la tranquilidad en el marcador y en el equipo.

     Esa tranquilidad  que transmite el equipo, la recibe la grada y le llega al guerrero, el cuál plácidamente abre los ojos, aún con gotas de sudor en su frente. Sensaciones raras empiezan a deambular por su cuerpo. ¿Qué ha pasado? Aún medio adormilado, y por no estar acostumbrado a soñar dormido, comienza a recordar.

     ¡Qué gran pase de Tsartas a…¿tú?, ¿ese número?¿esa camiseta? –No eres tú- Lentamente se gira y comprueba como la “A” deja de ser zurda. Este chaval no es ni zurdo, no es canterano y además ya no viste con la Sagrada Casaca blanca. Va uniformado, pero no se aprecia muy bien a quépertenece. Lo que sí está claro es que ya no lleva el escudo del Sevilla en su pecho. Tiene cara de buen chaval, un poco bicho, pero bueno. Seguro que será un tío con mayúsculas.

     Una duda inunda el corazón de este guerrero: ¿por qué el pequeño Aitor tiene que ser condenado a vivir la vida que su padre no pudo disfrutar?

     -Pequeño, muchas felicidades. Hoy cumples 3 añitos. Seguro que ya te han hablado mil veces de las hazañas de tu padre, pero que nadie, nunca, jamás, te obligue a ser Antonio. Tú eres Aitor Antonio Puerta, y si sales pelotero, mi sueño y el de otros miles se hará realidad, pero ante todo, sé feliz, honra la memoria de tu padre y dedícate a hacer realidad tus sueños.

     Algún día, podrás contarle a tus hijos lo grande que fue el abuelo Antonio.

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  1. Canijo de Triana
    22 octubre, 2010 a las 12:53

    Bufff, y que te comento yo ahora?? espera, voy a esperar que los pelos sean pelos y no escarpias…

  2. La cordobesa
    22 octubre, 2010 a las 15:45

    En esta vida, pocas cosas no emocionan hasta tal punto que se adentran en tu corazón y se mantienen ahí con el paso del tiempo. Sin duda alguna, lo que le pasó a Antonio Puerta es una de ellas y todos nos acordamos de su hijo. Estoy segura que este niño crecera admirando lo que su padre fue y lo que su muerte supuso…, no sólo en Sevilla. Sabrá como, tanto sevillistas como béticos, llorarón su muerte unidos.
    Felicidades!!

  3. 22 octubre, 2010 a las 21:08

    Joder impresionante!!! Me has dejado sin palabras y me has dejado emocionada, no puedo más que darte la más sincera enhorabuena por tus palabras, por tu descripción por tu encanto al escribir, por transmitirme tantas y tantas cosas… me ha encantado, enhorabuena!!!

  4. el filosofo
    22 octubre, 2010 a las 21:15

    Que decir amigo Guerrero…a tu Filósofo no le quedan más adjetivos que los que ya te he dicho «en persona». Espectacular, he podido hasta visionar en mi cabeza ese partido, y le he puesto hasta cara al futuro Aitor. Me he imaginado en el Sánchez Pizjuán, como cuando su padre corría por esa banda izquierda de Nervión… y me he emocionado.
    Un beso enorme.

  5. yoeldiego
    24 octubre, 2010 a las 22:24

    Me quito el sombrero ante este relato. Pero más que por la reflexión, por haber encontrado las palabras para expresar ese sueño, y lo mejor de todo la conclusión final. Así que dejemos que Aitor cumpla su sueño, y si quiere complacernos mejor que mejor.

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